Probamos el Microsoft HoloLens: proyecto sorprendente y la verdadera alternativa a la realidad virtual

El dispositivo de realidad aumentada, que ha podido probar en San Francisco el diario ABC, permite superponer objetos virtuales sobre una imagen real y son totalmente independientes

Ante la creciente fiebre por la realidad virtual que estamos sufriendo en los últimos años, Microsoft ha apostado por marcar la diferencia, escogiendo otra tecnología, la realidad aumentada. Tecnología que quedó un tanto malograda tras el fracaso de Google Glass hace dos años. La firma norteamericana continúa expandiendo las posibilidades del casco HoloLens. Lo hizo por primera vez durante el anterior edición del congreso para desarrolladores Build y, este año, ha querido ir un poco más allá mostrando algunas de sus virtudes.

Microsoft ha permitido al diario ABC, entre otros medios invitados, la posibilidad de probar en San Francisco este ambicioso proyecto, que aún se encuentra en una fase incipiente. Lo hizo tanto en el curso para programadores, o como denominan, una «escuela de Hologramas», como gracias a vivir la misma experiencia que la NASA dispone sobre el planeta Marte. Este último proyecto, de corte muy didáctico, permite que los usuarios conozcan de primera mano las vicisitudes del planeta en cuestión gracias a la figura del célebre astronauta Buzz Aldrin, que ejerce de guía. El resultado es embriagador.

 

Destinadas a un propósito concreto

El caso es que esta tecnología viene a suplir algunas carencias existentes en el mercado y a allanar el terreno sobre otras nuevas experiencias y usos que vendrán en el futuro. Todos recordaremos como último hito en la realidad aumentada, las gafas de Google Glass, pero Microsoft ha hecho un trabajo increíble en el hardware de HoloLens, dando un salto tecnológico considerable sobre sus predecesoras. Además, este dispositivo para la cabeza, a diferencia de las gafas de Google, no están destinadas a llevarse todo el tiempo puestas, sino tienen un propósito concreto.

Totalmente independientes

Una de las grandes diferencias de HoloLens respecto a cualquier visor de realidad virtual es que son totalmente independientes, es decir, no necesitan estar conectadas a un ordenador para poder funcionar. Las gafas de Microsoft llevan incorporado en su interior todo un ordenador equivalente a un portátil de alta gama. Gracias a ese hecho de no necesitar estar conectadas se les confiere una gran libertad de movimiento y comodidad en una época en la que el «inalámbrico» se debería dar por sentado.

Proyección de «hologramas»

Las HoloLens son autónomas, sí, pero con un «gran pero». El único momento en que es necesario un ordenador es cuando queremos compartir un «holograma», término con el que se refiere Microsoft a la superposición de objetos virtuales sobre una imagen real. Para que todas las personas que están en mismo lugar puedan compartir la misma experiencia e interactuar con el mismo holograma será necesario que un ordenador equipado con WiFi actúe a modo de servidor entre ellas. Esta máquina será la encargada de que todos vean este «holograma» en la misma posición respecto a su punto de vista. El resultado es sorprendente y, por qué no decirlo, útil.

Reducido campo de visión

El segundo aspecto que llama poderosamente la atención y que puede que decepcione a muchos es que el campo de visión es muy reducido. El cristal de las HoloLens es transparente por lo que nos permite ver todo lo que hay alrededor, pero el rectángulo que ocupa la pantalla donde se proyectan las imágenes es demasiado pequeño comparado con nuestra amplitud visual.Sería algo así como ver una pantalla de 15 pulgadas a dos metros de distancia. Decepciona porque muchas veces ya se habrían visto imágenes como esta, que no son lo que realmente se ve, lo que genera falsas expectativas. En el caso de esta imagen de ejemplo únicamente veríamos uno de los objetos al mismo tiempo y, probablemente, el que está encima de la mesa, no completo, al estar muy cerca del modelo.

Sistema de ajuste

Para evitar confusiones, aquí no estamos hablando de una experiencia inmersiva como sucede con la realidad virtual sino de información puntual a modo de «holograma» sobre objetos reales. El exterior de HoloLens consta de dos componentes principales, las gafas y una diadema interior que es la que se ajusta a la cabeza, formando dos círculos concéntricos. Algo que tampoco se ve en las imágenes que circulan por la red. La diadema es la que se ajusta y se apoya sobre la parte superior de la frente y la nuca, dejando, así, libertad a las gafas para «flotar», sin apoyarse en ningún otro lado. El conjunto completo no se siente pesado, ni incómodo, y al poco de usarlo, permite estar horas disfrutando del dispositivo.

«Mapeado» de la superficie

En el modo desarrollor el diario ABC ha podido comprobar cómo HoloLens es capaz de «mapear» todas las superficies alrededor del usuario. Desde el mobiliario a las paredes hasta a cuatro metros de distancia. De esa manera, los «hologramas» pueden interactuar con nuestro entorno. Por ejemplo, para crear un agujero en el suelo de donde salen pequeños robots a los que hay que disparar o lanzar pelotas que rebotan en las paredes de la habitación. Según los responsables del proyecto éstas van aprendiendo de nuestro entorno constantemente.

Varias incógnitas

Otra de las grandes incógnitas de HoloLens es cómo se controlan realmente. Tenemos tres tipos de controles, voz, gestos y dos botones físicos para el brillo y el volumen. El reconocimiento de voz funciona a través de Cortana, el asistente virtual de Microsoft, así que la experiencia es muy similar que con la última versión del sistema operativo Windows 10. Sirve, sobre todo, para abrir aplicaciones, cerrarlas o pausarlas. Los gestos, que funcionan como si se tratara de un clic de ratón pero en el aire -dentro del campo de visión de las HoloLens, eso sí- sirven para ejecutar diversas acciones como «tocar» un «holograma» o disparar en un juego. Y lo hace con absoluta precisión. En las pruebas, los clics en el aire, al poco tiempo de uso, se convertían en un gesto natural.

Buen corporamiento del sonido

Otro aspecto a destacar de este dispositivo, cuyo kit para desarrolladores tiene un coste de 3.000 dólares y su lanzamiento podría llegar en un par de años, es en lo relativo al sonido que genera gracias a un sistema de audio estéreo en 3D. Probablemente sea uno de los aspectos mejor logrados de las HoloLens. Da la sensación de venir desde donde se encuentra el «holograma», haciendo que la experiencia sea más inmersiva e, incluso, permitiendo encontrar hologramas «perdidos».

Realidad aumentada frente a realidad virtual

El debate sobre qué es mejor realidad aumentada o realidad virtual hay que dejar claro que ambas tecnologías tienen un uso totalmente diferente. Mientras que la realidad virtual tiene un claro uso en juegos y contenido multimedia, la realidad aumentada parece estar más enfocada en un uso práctico y profesional. Por ejemplo, la experiencia de andar sobre Marte hubiera resultado mucho mejor usando realidad virtual que aumentada. Si sobre una habitación cerrada, sin nada en su interior, te ofrecen andar sobre la superficie de un planeta desconocido, la realidad aumentada se queda muy corta. En cambio, si hubiéramos estado sobre una recreación física de suelo marciano, la realidad virtual hubiera sido una buena opción para resaltar información adicional. En resumen, cuando entremezclamos realidad física con digital, las HoloLens son siempre las más adecuadas. Pero si queremos reproducir un entorno totalmente virtual, entonces no.